Día 3: Trakai y vuelo en globo

Kilómetros aproximados: 60.

Una vez desayunados y con las maletas hechas, a las 9 nos pusimos en marcha, pedimos en recepción que nos llamaran un taxi para ir a la oficina de alquiler de Sixt, el trayecto nos costó 15 Lt.

Al llegar allí nos quedamos un poco sorprendidos, porque era un edificio de oficinas, y la de Sixt se encontraba en el tercer piso.

Por no subir con todas la maletas, me quedé yo abajo y subieron los chicos; cuando hicimos la reserva ya habíamos pagado un conductor adicional (no dejaba más), y nuestra intención era conducir los tres, pero no hubo problema, pagamos allí otro conductor adicional. El precio por cada conductor adicional fue de 27 € para todo el alquiler, un precio más que razonable.

Al rato bajaron con la chica de la oficina, y en un patio interior estaban los coches. Nosotros habíamos reservado un Volkswagen Passat (o Toyota Avensis), pero tuvimos la suerte de que nos hicieran 2 upgrades, y nos dieron un Toyota Avensis wagon, y además automático; llevaba los cristales traseros tintados, así que si dejábamos algo en los asientos traseros, no se veía nada de nada. Tras colocar las maletas (5 en total) no sin unas pequeñas dificultades, pusimos el GPS para que cogiera cobertura … y rumbo a Trakai.

La ciudad de Trakai se encuentra a media hora de Vilnius, y es una autovía, pero nosotros pillamos alguna obra o accidente, y nos desviaron.

Una vez allí fuimos directos al castillo. Mientras íbamos buscando parking, una señora nos indicaba como que nos metiéramos para su casa, y aunque con dudas, nos metimos porque tenía una señal de parking.

Total que aparecimos en la parte trasera de la casa de la mujer, que nos pidió 10 Lt por el parking y podíamos estar todo el día. Aunque inicialmente nos pareció raro, luego observamos que esto era algo habitual en este pueblo; también existen otros parkings que funcionan por horas y que valen 2 o 3 Lt la hora dependiendo de su localización. Así que si vas a estar varias horas te sale rentable, dejarlo en una casa de estas.

La casa tenía un caminito que te llevaba a un paseo de madera que daba al lago Galvė, que es en el que se encuentra el castillo.


Primeras imágenes del castillo, a lo lejos.


Y ya de frente, es espectacular.



El CASTILLO de TRAKAI [TRAKŲ SALOS PILIS] es uno de los castillos medievales más grandes de Lituania, formado por un palacio, grandes murallas con torres macizas y un castillo delantero, separado de las murallas por un foso. El castillo ha sido restaurado y reconstruido de sus ruinas en varias ocasiones por lituanos, polacos, rusos y alemanes; las mismas naciones que han estado disputándose esta tierra. Horario: 10 a 19. Precio: 14 Lt.


Por dentro está bastante bien, había poca gente, y tranquilamente echamos una hora y media, por todos los rincones del castillo.










Por allí nos encontramos con un sitio para tirar con ballesta, y también con arco y flecha; y los chicos no pudieron resistirse. La ballesta les resultó bastante fácil, pero con la flecha la cosa ya se complicó. Era bastante baratillo, creo recordar que 5 o 6 Lt por 5 flechas.



Al salir le dimos la vuelta al castillo por fuera.




Luego continuamos por el paseo que bordea el lago, compramos unos imanes, y llegamos a un lugar donde hay una plataforma de madera, desde donde se obtiene la mejor vista del castillo.


Aprovechando el día tan bueno que había salido y la poca gente que había, echamos un buen ratillo; fotos solos, fotos de pareja, fotos de grupo; vamos, todas las posibilidades. Una gozada disfrutar de este castillo, que desde que decidimos venir a este país, y lo vi, dije: “yo quiero ir ahí”; personalmente creo que es lo más me gustó de todo el viaje.






Ya se iba acercando la hora de comer y aquí habíamos elegido previamente uno llamado Senoji Kibininė (Karaimu 65), aprovechando que el coche podía estar aparcado todo el día, fuimos paseando tranquilamente.

En este restaurante son famosas sus “kibinas” así que nos pedimos una de ternera y una de pollo para cada uno, y si nos quedábamos con hambre pues ya pediríamos más; pero con dos te quedas más o menos bien, luego nos pedimos de postre una de chocolate y nos vino justito acabar con ella. Nos gustaron mucho las kibinas, incluida la de chocolate; todo incluyendo bebida nos salió por 73 Lt, vamos que por 7 € comimos cada uno la mar de bien, el restaurante también es muy bonito.





Al salir del restaurante, que se encuentra en la calle principal hacia el final del pueblo, volvimos hacía atrás y fuimos a comprar a un súper, bocatas, fiambre y bebidas para la noche, ya que nuestro plan era cenar en la habitación, porque imaginábamos que del globo acabaríamos tarde. Luego al coche y al hotel que se encuentra a unos 10 minutos.


El hotel era el MARGIS y fue una chulada, daba a un lago, y nuestra habitación era una villa, las fotos que vimos en internet nos habían gustado mucho, y luego una vez allí también porque eran igualitas. Nada más entrar tienes una pequeña cocina, y luego un saloncito y una cama de matrimonio, y arriba dos camitas; también tienes terraza en ambos pisos.

Nos instalamos en un momento y decidimos pasear por el hotel, ya que todavía quedaba un poco para las 5 que era la hora que habíamos quedado con los del globo, pero el paseo fue corto, ya que llegaron 10 minutos antes.

Tras las presentaciones, al vehículo para llegar al punto de salida del globo; tras unos 10 minutos de carretera nos metimos por un camino de tierra, y luego ni eso, ya que apenas se veía el camino con hierbas a la altura de las ventanas del vehículo; se bajaron el conductor y el piloto, para buscar el mejor camino para llegar al prado. Y finalmente tras casi media hora desde que nos habían recogido llegamos al punto de salida.


Entonces comenzó el montaje del globo, algo bastante curioso, sobre todo si no lo has visto nunca como era nuestro caso. Pidieron la ayuda de uno de nosotros, luego acabaron de llenar el globo de aire, y tras unas pequeñas instrucciones nos subimos. Todo el montaje del globo duró alrededor de media hora.





Primero costó un poco hasta que despegamos del suelo, casi parecía que nos fuéramos a caer pero no, finalmente despegamos.


La tarde era maravillosa, temperatura agradable, soleada, sin casi aire, nos estaban gustando los momentos iniciales del vuelo.




Y tras unos 10 minutos de vuelo, ya se divisaba a lo lejos el castillo.


Nos parecía increíble que estuviéramos viendo el Castillo de Trakai, tal cual lo habíamos visto en las fotos.

Fotos, videos, más fotos, más videos.







Y luego, una vez pasamos por el castillo, a disfrutar del vuelo en globo.








Nuestro piloto, que se llamaba Karolis, nos dijo que volábamos a unos 25 km/h, que la distancia recorrida serían unos 25 o 30 kilómetros, y que la altura eran unos 300 metros. Pensábamos que iba a hacer más frío y nos llevamos de todo, guantes, gorros, bufandas; pero no usamos nada, se estaba muy agradable, incluso antes hacía calor que frío. El vuelo duró un poco más de 1 hora.

Cuando nos dijo que nos preparáramos para aterrizar y que era tras unos árboles, no pensábamos que consistía en chocar contra ellos. Una vez en el suelo esperamos unos 10 minutos a que llegará furgoneta para poder bajar. Estábamos en un campo, y allí aparecieron unos niños la mar de sorprendidos, de ver un globo en la huerta de su casa.

Cuando comenzaron a desmontar ya estaba atardeciendo, tardarían cerca de media hora; mientras, nosotros hacíamos las últimas fotos.






Tras el diploma de rigor y una copita de lambrusco, emprendimos regreso al hotel, al que tardaríamos en llegar unos 40 minutos.


El globo lo contratamos con BALLOONING, a través de una persona de la Embajada de Lituania en España; y todo muy bien. Nos costó 119 € por persona.


Cuando llegamos eran las ya las 8’30 y completamente de noche. Cogimos el coche y nos fuimos de nuevo a Trakai para ver iluminado el castillo, pero nos llevamos un gran chasco ya que no estaba nada iluminado.

El pueblo a esas horas estaba muy muy tranquilo; nos tomamos unas cervezas y regresamos a nuestra villa.

Allí nos preparamos los bocatas para cenar, con lo que habíamos comprado al mediodía; y la verdad es que fue todo un acierto porque a esas horas cenar se hubiera complicado.


Al final viendo las previsiones, y descargando fotos, se nos hizo medianoche.

Mañana poníamos rumbo a Kaunas.

3 comentarios:

  1. Fue un dia guapísimo, el castillo i el barrio musulmán muy guapo y utilizando una metáfora de la mañana del dia D, diría: Lang sin duda fue el aterrizaje (dia) más largo, jaj

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  2. Nunca había oído hablar de ese castillo y la verdad que es una pasada, quiero ir! (ea ya tengo otra agonía viajera, jeje). El viaje en globo espectacular, nunca he subido y me encantaría. Las fotos preciosas. Un saludo!

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    1. Nosotros tampoco habíamos oído hablar hasta que comenzamos a mirar lugares de estos países. El globo espectacular, para repetir. Y lo de las fotos es que el lugar da de sí, es fácil que salgan bien.

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